¿Por qué tu coche pierde potencia con el calor?
Con la llegada del verano y, por lo tanto, de las altas temperaturas puede que notes que tu coche no rinde de la forma habitual, dando la sensación de contar con menos potencia, así como también de consumir más combustible del habitual.
Y es que, al superarse los 35 grados centígrados en la temperatura exterior, decae la proporción de oxígeno y la mezcla que se produce en el motor no se realiza con la frecuencia usual, afectando notablemente a su rendimiento. De esta forma, se desvanecen de 5 a 15 caballos de su potencia, siendo los más afectados los motores turbo y los que cuentan con un compresor de aire sin usar intercooler.
Asimismo, y consecuentemente, el consumo de combustible se incrementa alrededor de 1 litro cada 100 kilómetros.
Y es que el periodo estival no le sienta muy bien a tu vehículo, dando lugar a otros inconvenientes que, a continuación, detallamos.
Aire acondicionado
El aire acondicionado, tan fundamental estos meses, al funcionar disminuye alrededor de 4 caballos del rendimiento del coche.
Por ello es aconsejable no encenderlo a la máxima potencia, no obstante, antes de hacerlo, se recomienda bajar las ventanillas con tal que el coche se ventile y, sobre todo, la temperatura de su interior se equilibre a la exterior.
Neumáticos
En verano el asfalto puede llegar a alcanzar una temperatura de hasta 70 grados centígrados lo que produce un sobrecalentamiento de los neumáticos, incrementando notablemente su desgaste.
Si, además, se encuentran con poca presión, la banda de rodadura se verá más afectada por lo que se deberá de llevar a cabo una conducción delicada, evitando en todo momento frenazos y movimientos bruscos.
Frenos
Al ser más difícil su refrigeración durante esta época del año, el sobrecalientamiento de los frenos es mayor. Esto se refleja en la disminución de su eficacia, así como también en la deformación de los discos.
Carrocería e interior del coche
Las altas temperaturas no afectan solo a la mecánica, sino que otras partes del coche, tales como la carrocería y el interior, también se ven afectadas.
Para que esto no suceda resulta conveniente estacionar en lugares con sombra y, con tal de proteger los plásticos y revestimientos del interior, poner además un parasol. Asimismo, para mantener la pintura en un estado óptimo es recomendable lavar el coche a menudo y emplear cera.